HUYE EL MUNDO ALREDEDOR.

Es un día abierto y luminoso
para mirarlo por la ventana
ir a trabajar con ojos claros
y con cansancio en el alma. 

Si eres un ocioso de la edad
puedes sentir los rumores
de las hojas que se mueven
y de los pájaros que aletean.

En el sofoco de final de agosto
únese ahora húmedo bochorno 
por las cuatro gotas caídas
simulando falsa gota fría.

Pero miro y levanto la mirada
por encima de lo cotidiano
y de nuevo veo Las Ramblas
rojas de terrorismo teñidas.

Y os digo jóvenes fanatizados
no aceptéis el terrorismo y el mal 
ni el dominio mental que os anula
del fascismo feudal de los ricos.