lunes, 25 de septiembre de 2017

"LA CASA DE LOS ESPÍRITUS" DE ISABEL ALLENDE. PINOCHET Y FELIPE GONZÁLEZ.

Esta tarde he visto la película "La casa de los espíritus", basada en la novela con el mismo nombre de Isabel Allende. Y como no estoy de vuelta de nada, a pesar de haber visto y vivido tantas cosas, he quedado conmocionado de nuevo, sintiendo el dolor por el sufrimiento de la gente, la rabia por la imposibilidad de impedirlo, (lo seguí en directo aquella maldita noche del 11 de septiembre de 1973) y la emoción, tristeza e impotencia que deben sentir todos los bien nacidos cuando las fuerzas más brutales e indecentes de la historia vuelven a salirse con la suya violentamente contra nuestros hermanos. En la película se ve el proceso de un largo período histórico que desemboca en los años sesenta con el dominio económico, social y político de los conservadores chilenos. Mientras los conservadores, derecha y extrema derecha, ganan las elecciones, todo controlado y tranquilo para la oligarquía chilena y mundial, para los EEUU y sus monopolios e intereses, y para los asesinos a sueldo, con uniforme o sin él. Cuando el 4 de septiembre de 1970 Salvador Allende Gossens, candidato de la Unidad Popular gana las elecciones, los conservadores empiezan a conspirar con los militares de orientación fascista y golpista. Según las leyes chilenas, Allende tenía que ser refrendado por el Congreso Nacional el 24 de octubre. Días antes un comando paramilitar de la organización ultra "Patria y Libertad", organizado e impulsado por los generales fascistas Roberto Viaux y Camilo Valenzuela, secuestró y asesinó al general René Schneider, intentando crear una situación de caos y violencia que impidiera la elección de Allende, lo cual no consiguieron. René Schneider era el representante, junto con el general Carlos Prats, asesinado en Argentina el 30 de septiembre de 1974, y otros mandos militares, de los sectores constitucionalistas del ejército chileno, que fueron purgados. 
El 11 de septiembre de 1973, después de un largo período de boicot económico, de huelgas de transportes y de comida, organizadas por la derecha de los camioneros y comerciantes al servicio de los que preparaban el golpe, viene el golpe militar y fascista. El 11 de septiembre sí hay un golpe de verdad en Chile, no una historieta como la que cuentan los nazional-secesionistas en Catalunya sobre 1714.
Vuelvo a la película y a la obra de Isabel Allende. Producido el golpe y en marcha sus consecuencias de represión y persecución, un senador radicalmente conservador, nada enemigo de un golpe cuando Salvador Allende y la Unidad Popular ganan las elecciones y empiezan a gobernar, se da cuenta de la tragedia que está viviendo Chile a través de la historia de su hija, mujer de firmes convicciones de izquierdas y pareja de un importante revolucionario, buscado por los golpistas desde el primer momento, mujer que es torturada para que cuente dónde se esconde éste. Esto, junto a la extrema brutalidad con la que actúan los militares  y civiles golpistas, asesinando, torturando y despreciando los más elementales comportamientos humanos, le produce una profunda convulsión humana y política. Comprende que el régimen de Pinochet es la síntesis de la barbarie más extrema en todos los sentidos. No es necesario insistir en ello ya que la historia lo ha escrito con la sangre de los trabajadores en las páginas negras del capitalismo, el imperialismo y el fascismo. En la película se ve profusamente esta realidad. A partir de aquí, la historia del senador, su hija y su yerno, antes enemigo, ahora compañero, al que busca su exilio a Canadá, burlando la vigilancia del régimen y con la complicidad del embajador canadiense, antiguo amigo, no tiene importancia ya que en Chile debieron producirse muchas historias parecidas y más dramáticas.
Un gran libro de Isabel Allende y una gran película, con excelentes actores. Me sirve para ir a una conclusión abierta. Con Pinochet y su régimen estuvieron todos los poderes económicos y políticos conservadores mundiales, e incluso  algunos sectores de la sociedad que iban de progres. Hasta el punto de que todavía hay residuos que se expresan en la actualidad: el socialdemócrata desclasado Felipe González, en representación, se entiende, de otros socialdemócratas desclasados, enemigo acérrimo de lo que se conoce como la Revolución Bolivariana, no tuvo ningún reparo en decir con desparpajo reaccionario que el régimen de Pinochet en Chile había respetado más los derechos humanos que el régimen de Maduro en Venezuela actualmente. Después de esto se quedó tranquilo en su torre de mierda y corrió rápido a hacerse la foto con Aznar, Rivera, Bertín Osborne, Ana Botella, Javier Solana..., y las/os golpistas venezolanos para que quedara para la historia de la "democracia". Para la historia sí ha quedado, la historia de la ignominia.


                                                              SALVADOR ALLENDE

                                                 EN LA MONEDA CONTRA EL GOLPE.

                                                                      ASESINADO.
                        ASESINATO EN BUENOS AIRES DEL GENERAL CARLOS PRATS

                                    PINOCHET, EL GENERAL TRAIDOR Y ASESINO.
                                                                   PABLO NERUDA.
                            VICTOR JARA, ASESINADO. 

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