viernes, 25 de octubre de 2019

SOBRE LAS LLAMAS REVOLUCIONARIAS VERDADERAS O FALSAS. 


Después de que algunos apologetas del secesionismo, y otros despistados, comparasen en diversos sitios la Semana Trágica de 1909, con la mascarada violenta y destructiva vivida en Barcelona y Catalunya los últimos días, uno siente vergüenza ajena por los que  haciendo gala de ignorancia histórica elemental, o de tergiversación y manipulación de los hechos en caso de conocerlos, y de utilización reaccionaria de los mismos por la causa del golpismo secesionista, son capaces de comparar un hecho histórico desarrollado por el movimiento obrero y las fuerzas progresistas  con las algaradas llameantes de los niñatos hijos de papa y de los profesionales abertzales del odio, secundados por los torcidos desechos europeos de la ira sin causa.
La semana Trágica, del 26 de julio al 2 de agosto de 1909 fue una reacción de los trabajadores contra el decreto del gobierno conservador y reaccionario de Antonio Maura de enviar tropas de reserva a Marruecos para enfrentarse a los cabileños que se habían levantado contra el intento de construcción de un ferrocarril de Melilla a las minas de Beni Bu Ifur de capital francés y propiedad española, una sociedad controlada por la familia del conde de Romanones y la Casa Güell, que era una penetración en todo el territorio de las empresas que representaban los grandes intereses  de los ricos capitalistas y feudales españoles. Ante la protesta y levantamiento de las cabilas, el gobierno no se lo pensó nada y  decidió enviar más tropas. Los soldados forzados eran obreros, padres de familia muchos de ellos, que eran el único sustento económico de esta. Los hijos de los ricos y pudientes se libraban pagando 1500 pesetas de la época, una verdadera fortuna para un obrero, quedando claro una vez más que son los trabajadores con su trabajo los que se mantienen a si mismos, acumulan grandes beneficios para los ricos patrones y van a la guerra por ellos.
Ante esta situación las embrionarias organizaciones obreras, de orientación mayoritariamente anarquista, convocan una Huelga General de verdad, que no tiene nada que ver con las pantomimas convocadas por los burgueses catalanes de La Generalitat y del procés y sus "sindicatos" amarillos  y de vividores sin oficio ni beneficio. En 1909 la huelga prendió en todos los barrios obreros de Barcelona, convirtiéndose en una gran movilización contra los intentos del capital y su gobierno que, de forma inmediata, inició una dura represión. En el proceso hubo 78 muertos, 75 civiles y 3 militares, 500 heridos, 112 incendios, 80 en edificios religiosos, millares de detenidos, 175 desterrados, 59 cadenas perpetuas. Y como colofón, 5 condenas a muerte, que se ejecutaron de inmediato, entre ellas las del pedagogo anarquista, fundador de la Escuela Moderna, Francisco Ferrer Guardia. 
Independientemente de si se está de acuerdo o no con todo el proceso de la Semana Trágica, incluidos actos de violencia y quemas de edificios, el caso es que aquello se inició y fue una verdadera reacción obrera y popular contra las políticas reaccionarias, imperialistas  y belicistas del gobierno conservador de Antonio Maura y de los intereses económicos y políticos a los que servía. Comparen si tuvo algo que ver con las aventuras reaccionarias de la actual Generalitat de Catalunya. En todo caso habría una similitud si las movilizaciones y huelgas de verdad se realizasen contra las aventuras conservadoras, de ruptura de la convivencia y de imposición autoritaria de las mentiras sobre la vida colectiva, ejecutadas por La Generalitat contra el pueblo que no comulga con su racismo identitario ni con sus métodos fascistizantes.    

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