Artículo escrito el 1 de Mayo que dedico al recuerdo de los seis jornaleros de Murcia muertos en accidente de tráfico. Jornaleros que trabajaban con contratos esclavistas, a horas y bajos salarios. Es una muestra más de la siempre viva explotación humana.
Reconozco ser una antigualla ideológica y política tan arcaica como este 59 por cien de franceses que, al calor del impacto social creado por las huelgas y manifestaciones que se están produciendo en Francia desde hace meses, con especial fuerza en los últimos días, han visto como se removían sus pensamientos, ideas y hasta sentimientos y declaran que la “lucha de clases” es plenamente vigente. Hace un tiempo tuvo que recordárnoslo el multimillonario norteamericano Warren Buffet, diciendo que claro que existía la lucha de clases y la estaban ganando ellos. Y los progres no se enteran y muchos que dicen ser rojísimos y dicen enterarse, hacen literatura sobre el tema pero no organizan nada en contra de que la lucha de clases la ganen los poseedores de la riqueza, en vez de que se distribuya y redistribuya entre los que la crean.
El pensamiento débil, progre, postmoderno, o como quiera llamarse, hace mucho que borró de su lenguaje normal los conceptos de “lucha de clases”, “clase obrera”, “movimiento obrero organizado”, “huelga general”, sustituyéndolos por conceptos erráticos y etéreos como “intereses diversos”, ”dependientes”, “emprendedores”, ciudadanos”, “los de arriba y los de abajo”…etc. Ni siquiera la crisis global del capitalismo neoliberal, que se ha saldado y sigue saldándose con la aparente paradoja de que en tiempos tan malos para la economía productiva, no para la especulativa, los ricos poseedores de las principales riquezas continúen enriqueciéndose, mientras los parados y trabajadores asalariados, incluso con empleo, se empobrecen aún más, pierden derechos sociales y laborales, tienen contratos esclavistas, empleos precarios, a horas, días, semanas y salarios bajos, haya servido para abrir suficientemente los ojos y entender qué es la crisis.
La lucha de clases está en los intersticios de la producción capitalista, en el trabajo asalariado, en el beneficio o plusvalía, en el comercio neoliberal globalizado, que saquea y empobrece a los pueblos y genera violencia y guerras terribles para mantenerse. En América Latina estamos viviendo un duro momento de la lucha de clases, en el que el sistema quiere volver a recuperar las riendas perdidas en Venezuela, Argentina, Brasil.., y liquidar todos los avances sociales que se han producido en los últimos años. Y la Europa obrera y popular ha dejado sola a América Latina.
Los trabajadores franceses y sus vanguardias sindicales se han echado a la huelga y a la manifestación contra, entre otras cosas, la llamada “reforma laboral”, aprobada y aplicada por un gobierno socialdemócrata, de “izquierdas”, una contrarreforma parecida a las dos aprobadas aquí, una por el gobierno del PSOE, la segunda, más dura todavía, por el gobierno del PP; dos contrarreformas que están degradando y desvertebrando el mercado de trabajo y recortando los derechos laborales, la contratación colectiva y la afiliación sindical. Paralelamente a este proceso de huelgas y movilizaciones ha nacido una especie de 15 M para ocupar algunas plazas y pasar día y noche de parloteo y manos arriba. Algo detrás de lo cual está, como estuvo también detrás del 15M español, manipulándolo, el intento del sistema de reconducir la protesta al territorio de lo encajable y absorbible por éste.
En Francia este resurgir de la lucha de clases, tanto en la realidad social como en el pensamiento colectivo, viene acompañado de otro fenómeno que, aunque se esté produciendo desde hace tiempo, se ha ampliado y acelerado en el último proceso. Me refiero al espectacular avance en la realidad y en el pensamiento colectivo, del Frente Nacional, presidido por Marie Le Pen, una organización de carácter neofascista. Un 40 por cien de los franceses asalariados consultados declara que votarán al Frente Nacional. Y lo que es más grave todavía es la realidad que ya impera en muchos barrios obreros y populares en los que eran mayoritariamente apoyados y votados los socialistas y comunistas, y ahora están votando a un FN porque defiende un programa social que antes llevaba la izquierda y se opone a las guerras que “izquierda” y derecha practican en Francia, a la intervención en Ucrania, a la dependencia lacayuna de EEUU por parte de Europa, y a la UE desde su nacionalismo francés y su radical crítica al funcionamiento neoliberal de ésta. O la izquierda sindical, política e intelectual se pone las pilas en España y en toda Europa, o un neofascismo populista le comerá todo el terreno con programas, propuestas y alternativas, que antes eran patrimonio de lucha de la izquierda. Y esto irá acompañado de xenofobia y racismo y del siempre vivo proyecto del fascismo: actuar en nombre del pueblo anulando al pueblo y eliminando a sus organizaciones.
Como resumen, en Francia, como ha sucedido en otros momentos históricos, se producen hechos sociales, políticos y culturales, que la izquierda que no se entrega ni abandona sus principios, valores y programas, debe tener en cuenta.
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