domingo, 8 de enero de 2017

A LOS 100 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE. 


Fue la gran Revolución Proletaria, precedida de un largo periodo de luchas, debates, contradicciones, aciertos y errores y acelerada por las consecuencias catastróficas de la Iª Gran Guerra Mundial que, a los cuatro años de su inicio, estaba arrasando Europa, con la muerte de millones de personas y los efectos destructivos demoledores en todo el continente y, en especial, en Rusia.
La Revolución de Octubre tenía un primer gran objetivo, el fin de una guerra que mataba a millones de trabajadores, que destruía un país inmenso y que mantenía en la miseria a la mayoría de la población; era al mismo tiempo la Revolución social, política e ideológica, para acabar con los privilegios económicos y el poder de unas clases dominantes  e iniciar la construcción del socialismo. Los intentos de recomposición de estas clases, aliadas con sectores reformistas y el gobierno de Kerenski, a principios de 1917, y el intento de golpe de Estado en septiembre del jefe del ejército nombrado por Kerenski, el general Kornilov, que no cuestionaban el sistema que había conducido al desastre de la guerra y a la miseria, cayeron como fichas de dominó al empuje de los trabajadores orientados por el partido bolchevique, con Lenin a la cabeza, comprendiendo que era el momento de acabar con tanta ignominia, violencia y miseria y abrir una nueva etapa histórica en Rusia. Una nueva etapa que iba a tener una gran repercusión económica, social y política en Europa y el mundo y que pondría aceleradamente en marcha todos los mecanismos de defensa del capitalismo, empezando con organizar, armar, financiar e impulsar a las fuerzas derrotadas del antiguo zarismo contra el orden revolucionario surgido en Octubre. El capital actuó como siempre actúa cuando ve que pierde su dominio político absoluto y ve afectados sus intereses y privilegios de clase. 
Triunfante el acto revolucionario y la toma del Palacio de Invierno como símbolo del poder zarista derrotado, se iniciaba el proceso de acabar con la guerra como tarea ineludible y emprender el cambio real en las miserables condiciones de vida del conjunto de la población y construir una vida digna para ésta.  El acto revolucionario de la toma del poder no garantizaba su consolidación, frente a los enemigos de dentro y de fuera. La guerra de agresión armada interna contra La Revolución, impulsada por las potencias capitalistas europeas y los EEUU, impedía o retrasaba la puesta en marcha de los grandes procesos básicos de transformación económica, social, educativos, sanitarios.... Se trataba por parte de los enemigos de La Revolución, no sólo de acabar con ésta de raíz, sino de impedir asimismo que se convirtiera en ejemplo para las clases trabajadoras del mundo. Por ello, al tiempo que arreciaban en sus ataques, agresiones y guerra, boicots y embargos, hicieron concesiones de carácter económico y social al movimiento obrero para desactivar sus protestas y exigencias. A Dios rogando y con el mazo dando.
La Revolución de Octubre representó un avance histórico sólido de las ideas del socialismo y el cambio social, ya que quedó patente la posibilidad de su realización, si saben leerse y comprenderse los hechos que ocurren y no vacilar cuando las circunstancias marcan un camino ineludible y no se quiere que las cosas continúen igual. Fue también el surgimiento de un contrapoder, frente al poder capitalista hegemónico, practicamente insuperable hasta el momento, aprovechando el momento destructor generado por la lucha entre los diversos capitalismos nacionales por la conquista de territorios para ampliar su cuota de poder económico y su dominio geopolítico. A partir de la Revolución de Octubre, el mundo tenía que contar con la existencia, voz y poder de un gran país, el que sería la Unión Soviética (URSS).
Otra de las consecuencias internacionales importantes fue la de que por primera vez en la historia del capitalismo, que sustituyó al feudalismo como sistema general, nacía una alternativa al mismo, basada no en la ganancia privada y los privilegios de clase y la guerra como instrumento de dominio, sino en la justicia social, la igualdad, el reparto de la riqueza creada colectivamente, y la paz y la solidaridad internacionalista como forma de convivencia y colaboración entre los pueblos. O sea, el socialismo. Los partidos comunistas tenían, pues, un ejemplo, un punto de referencia y un apoyo en la defensa de su programa político en cada país, no para seguir mecanicamente los pasos que había dado el movimiento comunista en Rusia, sino para aplicar la lucha de clases y por el socialismo según las condiciones de cada lugar. El proceso, las vicisitudes y los fracasos posteriores de las ideas del socialismo en la URSS y en el conjunto del mundo, son tema para otros análisis y escritos. También el porqué se derrumbo la URSS y el campo del socialismo, pasando de las necesarias reestructuraciones y reformas en el marco del socialismo existente, a la liquidación oportunista de toda una historia.
Pasando a la realidad española, del PCE y de la izquierda, tan similar a los procesos vividos en Italia o en Francia en las últimas décadas, es casi cómico ver como se despechugan algunos ejecutivos y funcionarios del PCE y de IU defendiendo la Revolución de Octubre. Seleccionan y entresacan frases de Lenin, se llenan la boca con discursos ultra revolucionarios banales, que están en las antípodas de sus prácticas oportunistas y arribistas cotidianas y de su ambición personal, y cubren el expediente de los 100 años, multiplicando por cien las mismas deformaciones burocráticas que han conducido al socialismo a lo que es en la actualidad.  En esa línea recordar sólo un par de cosas. Una, a pesar de su fraseología de la movilización social para abrir, según dicen, un proceso constituyente y un cambio social, ni la organizan ni se movilizan. Gastan el tiempo y las energías en pactos y pactillos electorales para ver qué les toca, y se quedan con las migajas de lo que les da el cantamañanas mayor. Y otra, en algo tan elemental y fundamental que dio vida a La Revolución de Octubre y posteriormente al nacimiento de la Internacional Comunista, la lucha contra la guerra y por la paz, practicamente ninguno de los apologetas burocráticos de 1917 hace nada real contra las guerras neocoloniales actuales y por la paz, ni en la calle ni en las instituciones, ni en los medios de comunicación y propaganda. Con lo fácil que les sería, frente a la defensa de la OTAN, las bases y, en consecuencia, de las guerras, por parte del PP, del PSOE, de CIU, del PNV, o de ERC..., dejarlos al descubierto, explicando a la sociedad algo tan simple como que la guerra mata, destruye y derrocha el dinero que luego falta para salarios, pensiones, educación o sanidad. Como máximo hacen una declaración retórica, o equidistante, un sí pero no, o ponen en un mismo saco a los agresores bélicos y a los agredidos, como hicieron en Yugoslavia, Libia, Siria...
Para terminar, los gestos para la galería pueden servir para subir a un atril a proferir cuatro frases de compromiso, obligatorias ante una efemérides, frases que cada vez más suenan a falsas en función de quien las vocifera. 

                                                                      LENIN.
                                              CENA DE LA ARISTOCRACIA ZARISTA.
                                               CENA DE LOS CAMPESINOS POBRES.
                                              VIVIENDAS CAMPESINAS Y OBRERAS.
                                                      VIVIENDAS CAMPESINAS.
                                                 RASPUTÍN CON LA ARISTOCRACIA.
                                     OBREROS REVOLUCIONARIOS ORGANIZADOS.
                                      MUJERES REVOLUCIONARIAS ORGANIZADAS.
                                            LENIN Y TROTSKY EN LA REVOLUCIÓN.
                                           ROSA LUXEMBOURG Y CLARA ZETKIN.
                                                              KARL LIEBKNECHT.
                                                    IMÁGENES DE LA REVOLUCIÓN.

A PESAR DE LA DURA REALIDAD QUE VIVE EL MUNDO:
TRABAJADORES DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!!! 


1 comentario:

  1. Un artículo sencillo, pero claro como el agua de un manantial, donde sin artificios retóricos se hace un análisis tanto de la Revolución de Octubre como de la situación actual en España y en "nuestra izquierda".
    Por hablar claro y no tener pelos en la lengua te has ganado la animadversión de los apoltronados, pero tus artículos nos devuelven la luz que algunos se han empeñado en oscurecer y nos animan a seguir la senda del verdadero socialismo.
    Por todo ello, gracias, Paco. Seguimos leyéndote.

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