Fue un gran creador, un comunista activo en la sociedad y en el arte, fue un hombre de un sólido compromiso humano y social con todas las virtudes y defectos que tenemos todos los seres humanos.
Buscando una cierta analogía política de la actualidad con la historia del movimiento obrero y de la revolución social, pienso que la muerte de Bertolucci es la imagen rota de la muerte histórica de una gran etapa de pensamiento y acción social cargada de futuro. Aquella etapa que tan bien supo simbolizar "NOVECENTO", como el gran intento de impulsar desarrollar y organizar una alternativa social y política que cuestionara radicalmente el capitalismo y apuntara al socialismo. Una etapa actualmente muerta, asesinada y enterrada progresivamente desde hace años por los que la tenían que impulsar, purgándola de sus triunfalismos y exageraciones "revolucionarias" pero sin caer en las claudicaciones y entreguismos en los que se cayó posteriormente y potenciando los aciertos ideológicos, sociales, organizativos y políticos de sus luchas y sacrificios por los derechos de la clase trabajadora, por la libertad y por el socialismo.
La liquidación del Partido Comunista Italiano y el efecto destructor y disolutivo que tuvo en la lucha del movimiento obrero italiano y europeo, es algo que todavía no se ha analizado en toda su profundidad ni se han sacado las conclusiones sobre sus consecuencias devastadoras. Frente a la falacia de que aquella desaparición, potenciada por el complejo destructor que generó la desaparición de la URSS, representaría la modernización del comunismo, su puesta de largo en la política internacional y la desaparición de la prohibición imperialista de que el PCI pudiera gobernar en Italia, tenemos en sentido contrario la degradación del pensamiento comunista y de su fuerza social y con ella la de toda la izquierda europea. Yo estuve en aquel maldito congreso en el que el Secretario General del PCI, Ochille Occhetto, planteó la transformación del partido en Partito de la Sinistra Democratica, que luego se rebajó a Partito de la Democracia, hasta llegar a la situación actual de práctica desaparición de una izquierda sólida y capaz de hacer política en Italia y en Europa.
Bertolucci recoge e impulsa la imagen histórica del humanismo comunista, desde el movimiento obrero italiano al mundo, desde la lucha por la revolución social, contra el fascismo y por la libertad.
UN RECUERDO A LEONARDO BERTOLUCCI.
La liquidación del Partido Comunista Italiano y el efecto destructor y disolutivo que tuvo en la lucha del movimiento obrero italiano y europeo, es algo que todavía no se ha analizado en toda su profundidad ni se han sacado las conclusiones sobre sus consecuencias devastadoras. Frente a la falacia de que aquella desaparición, potenciada por el complejo destructor que generó la desaparición de la URSS, representaría la modernización del comunismo, su puesta de largo en la política internacional y la desaparición de la prohibición imperialista de que el PCI pudiera gobernar en Italia, tenemos en sentido contrario la degradación del pensamiento comunista y de su fuerza social y con ella la de toda la izquierda europea. Yo estuve en aquel maldito congreso en el que el Secretario General del PCI, Ochille Occhetto, planteó la transformación del partido en Partito de la Sinistra Democratica, que luego se rebajó a Partito de la Democracia, hasta llegar a la situación actual de práctica desaparición de una izquierda sólida y capaz de hacer política en Italia y en Europa.
Bertolucci recoge e impulsa la imagen histórica del humanismo comunista, desde el movimiento obrero italiano al mundo, desde la lucha por la revolución social, contra el fascismo y por la libertad.
UN RECUERDO A LEONARDO BERTOLUCCI.
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