1.- El terrorismo de los mercados y sus propagandistas causan más victimas de hambre y de muerte prematura que todos los Bin Laden juntos. Y cuando no es el efecto directo del mercado asignando riqueza insultante, pobreza severa o, directamente, miseria, es el mercado de la guerra el que produce armas, las vende a gobiernos de paises con la mayoría de la población en la pobreza o en la indigencia, u organiza directamente guerras para el lucro de empresas de armamento y para dominar paises y riquezas. Así es como funciona el mercado capitalista en general y, especialmente, en su versión neoliberal.
¿ Es necesario el mercado ? Es necesario si está basado en una planificación democrática de la economía, en cada país y en general, que valore las necesidades reales de la población y las posibilidades de cubrirlas de forma justa para todo el mundo. Repito, esto en cada país y en general. Si los problemas actuales de la humanidad son globales y afectan a todos los pueblos y personas, las soluciones deben ser asimismo globales, teniendo en cuenta la realidad concreta de cada sitio, el nivel de desarrollo económico y social, las condiciones de vida, educativas, sanitarias, ecológicas.
En resumen, frente a un mercado controlado y dirigido por los grandes grupos económicos, financieros y propagandísticos, cuyo principal y único fín es el máximo beneficio en el plazo de tiempo más corto, es posible un mercado que, de forma racional, sostenible y solidaria, asigne recursos económicos, técnicos y humanos a la construcción de una realidad justa y digna para todos y todas. Esto significa que deberán producirse cambios importantes en el modo de vida, que reduzcan los derroches parasitarios y obscenos de una minoría y un consumismo irracional, que produce más cansancio que alegría, y aumenten de manera inmediata y sin pausa las condiciones de vida de los actualmente marginados y excluídos. Pero sólo hay una forma de acercarse a una nueva realidad y es conociendo bien las necesidades humanas en este momento y las posibilidades de cubrirlas. A eso le llamamos planificación democrática, que es un principio de socialismo y de participación democrática. Creo que estamos emplazados a andar por ese camino todas las personas, grupos políticos, sindicatos, movimientos sociales e intelectuales que creemos en la necesidad de una alternativa y tenemos la voluntad de hacerla posible.
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