Antes de China venía el maoísmo, ahora vienen los contenedores con todo tipo de mercancias.
Antes de China nos llegaban las consignas infalibles del libro Rojo, ahora llegan los libros contables del mercado.
Antes se enviaba a China dinero y cositas para ayuda de los pobres, ahora los chinos compran bonos de la deuda española.
En fín, antes creíamos que en China se construía el más grande espacio socialista del mundo, ahora sabemos que unos cuantos millonarios de los que hay en el mundo son chinos y no sabemos si será en el futuro aquel espacio de igualdad y justicia social por el que luchamos.
Resumiendo, no tenemos ninguna autoridad moral ni política para decir a los que dirigen aquel gran país qué deben hacer para alimentar y dar una vida material digna a 1350 millones de personas, pero pensamos que cuando se crean clases poseedoras de grandes riquezas, más pronto que tarde éstas lo exigen todo sin tutelas.
(fín de la primera parte)
Antes veía a los pobres, ahora veo a más pobres, miserables y marginados que antes.
Veo a mucha más gente intentando vender aquello que nadie quiere comprar. O pedir directamente limosna, aún sea con un ejemplar de La Farola como justificante.
Veo, y me produce coraje y tristeza, a hombres y mujeres jovenes, fuertes, de bella figura y de educación e inteligencia que se les adivina, perder su tiempo en un semáforo, en el metro, en la puerta de un supermercado o en las aceras y plazas, siendo tan necesarios en sus paises de origen, o aquí, para crear una riqueza útil a la sociedad y a sí mismos.
Concluyo, esto es el capitalismo en sus diferentes versiones. Cuando alguién vocifere, o exprese de forma displicente, su descalificación del socialismo o del comunismo como algo fracasado, debemos invitarle a ver su realidad capitalista en África, Asia, América Latina, y en los suburbios y periferias de Estados Unidos y de Europa. No sea que los tramposos de las finanzas, de la política y de la propaganda pretendan tomarnos el pelo con que el capitalismo sólo es lo que se muestra en la Vª Avenida de Nueva York, en el Paseo de Gracia de Barcelona o en La Cibeles de Madrid, sitios en los que, por cierto, hay muestras más que sobradas de pobreza y marginación.
China está de moda.
ResponderEliminarhttp://larepublica.es/firmas/blogs/index.php/dametira/2010/12/11/china-esta-de-moda
Casualmente hace poco tuve que aguantar en mi clase a un profesor despotricar contra el comunismo. Y recordé aquellas guerras por el control del petroleo, aquellas masacres...digamos que esas barbaries son los "daños colaterales" (les gusta mucho ese término a los informadores actuales) del capitalismo, del tan conocido "estado de bienestar".
ResponderEliminarUn saludo