CANALLAS, AVENTUREROS, COBARDES.

¿ Por qué son tan canallas, aventureros y cobardes ? Son la escoria del siglo XX trasladada al siglo XXI. ¿ Tendremos que soportar eternamente que la escoria del siglo XX se traslade automaticamente al XXI, sin una protesta seria por sus políticas? Cuando hablo de escoria hablo de crisis económicas permanentes, que siempre pagan los que venden su fuerza de trabajo en el mercado, mientras los ricos se enriquecen más, de dos guerras mundiales, que no las produjo el intento fracasado de construcción de socialismo del siglo XX, sino el capitalismo en su disputa de territorios y riquezas, de la guerra de genocidio y destrucción contra los pueblos de Vietnam e Irak, de la ocupación de Afganistán y su conversión en jardín de la droga, de multitud de golpes militares sangrientos al estilo del chileno o el argentino o, actualmente, con la guerra imperialista contra Libia. No agoto la lista porque sería interminable. A los contadores de fábulas reaccionarias o directamente fascistas, al estilo de los Pío Moa, César Vidal y demás energúmenos de la palabra, que tanto han escrito sobre la leyenda negra del comunismo, pedídles que os expliquen de una forma verosímil sobre las responsabilidades del capitalismo que ellos defienden, sea en la versión ligera, o directamente violenta, según las circunstancias. Pedídselo también a los progres, izquierdistas de salón y medios de apoyo y difusión oral y escrita de las mentiras.
El capitalismo del siglo XX y sus principales y directos protagonistas casi en ningún momento han mostrado un rostro humano, lo que no excluye que hayan habido, que haya ahora, personas que tienen un sentido humanista, capaces de ser sensibles ante el sufrimiento y las justas necesidades humanas. Lo que ocurre es que es el sistema el que no es capaz de albergar en su seno un sentido humanista ya que ello significaría poner en un primer plano a la gente en vez de a la cuenta corriente y el beneficio. Por ello el pensamiento humanista, el sentido democrático colectivo, es liquidado por el torrente avasallador del mercado, como único instrumento de relación económica y social y por lo que se conoce como el pensamiento único, que es sencillamente la imposición por parte de la minoría mundial, y la de cada país, de sus ideas y de sus intereses.
El capitalismo del siglo XX y XXI, y su expresión más dura, el neoliberalismo, actúa con dos caras: la compasiva y democrática, fanática defensora de derechos humanos abstractos cuando se trata de liquidar a un enemigo incómodo; y la real, una verdadera dictadura del capital, sin piedad para los de abajo, que liquida su democracia cuando le interesa y que prescinde de que los principales derechos humanos empiezan por el derecho a la vida, a comer cada día y beber agua potable, por el derecho a la salud y a la educación, a una vivienda digna y a vivir en paz y convivencia con los paisanos y las paisanas de todo el mundo, sin guerras de rapiña, declaradas bajo la mentira de la defensa de los derechos humanos o la protección de la población civil.
En ese sistema, más que en ningún otro, hay amos y sirvientes. Los unos, los amos, son los que no pasan por ninguna urna, pero que antes de que la ciudadanía vote ya tienen las urnas llenas de votos apoyando las políticas de miedo, inseguridad, dependencia y sumisión al amo. Tienen servidores mayoritarios en la política, en la cultura, en los medios de información-propaganda.
Las actuales mayorías políticas no arreglan nada con la política ya que hacerlo sería mandar a la tercera fila, y en muchos casos a la cárcel, a los que ahora gobiernan realmente sin pasar por las urnas. Y no están dispuestos a hacerlo, pues aceptan y defienden la misma política. El PSOE y el PP son organizaciones diferentes, ¿ algúién es capaz de distinguir diferencias importantes entre uno y el otro en las principales políticas: en la económica y financiera, en la de impuestos, en la de la propiedad pública o privada, en la de las privatizaciones de empresas y servicios, en la de la paz o la guerra ? Defienden, en lo fundamental, lo mismo, a pesar de que uno, el PSOE, tiene una tradidión y experiencia histórica y un seguimiento actual más enraizados en las luchas y reivindicaciones del movimiento obrero y popular. Con ese tipo de políticos no hay la más mínima posibilidad de abrir el camino a cambios sociales importantes y necesarios, por no decir imprescindibles. Deberían desaparecer como sujetos activos dominantes, al servicio del sistema. Ir a la base de la sociedad a trabajar, y si el contacto con la realidad de la gente les activa ideas favorables a la mayoría, podrían volver a la política activa para servir y no ser servidos. Ya sé que todo esto es, hasta ahora, quimera. Quizá mañana sea sólo utópico y pasado mañana posible. Por ello no renuncio, no deberíamos renunciar nunca, a la defensa de ideas que hoy chocan con realidades que anulan las ideas pero que, si son justas, tendrán una oportunidad en el futuro.
Lo demás sería conformarse con que los González, Solana, Zapatero, Jiménez, Chacón, o los Aznar, Rajoy, Trillo, Arenas, Cospedal, Mayor Oreja, se perpetúen eternamente. En este pupurri de nombres, a veces se le llama clase política, pueden ustedes encontrar todo el muestrario de políticas canallas, aventureras y cobardes que vivimos actualmente, tanto en lo referente a la economía y a las finanzas como en la responsabilidad compartida en una guerra de agresión miserable frente a la posibilidad que había, y hay todavía, de defender la paz, el diálogo y la política para la solución de los problemas, por complicados que éstos sean.