miércoles, 31 de octubre de 2018

EL GALIMATÍAS POLÍTICO ESPAÑOL Y LA "IZQUIERDA".

Es como si la política en su sentido de convivir juntos y discrepar en el marco de unas normas y leyes aceptadas por todos, por ser producto del acuerdo colectivo democrático, hubiese abandonado la escena y fuera sustituida por la politiquería, el barullo y el caos. Me refiero principalmente a lo que ocurre en España, teniendo en cuenta también lo que pasa en Europa y en América. Hoy me ocuparé sólo de nuestro país ya que la desvertebración política de la UE y las diversas situaciones en cada estado, merecen un tratamiento más amplio y minucioso para no perderse en análisis superficiales y en generalidades; y en América Latina el avance y triunfo golpista y/o electoral de la extrema derecha, impulsado siempre por el imperialismo de EEUU, lo necesita aún mucho más, para entender cómo se ha pasado en pocos años de un avance social en realidades diversas, que parecía imparable en la mayoría de países, a un retroceso tan general y acusado y al fascismo. 
Volvamos pues a lo que ocurre en España. El inmundo culebrón protagonizado por el ex-comisario Villarejos pringa hasta las cejas tanto al PSOE como al PP. Sería hasta cómico conocer lo que destapa Villarejos y asistir a las patéticas escenas de mutuas acusaciones entre los dirigentes de uno y otro partido, si no fuera porque es algo demasiado grave para verlo como comedia. Cuando la protagonista, lenguaje tabernario incluido, es la todavía ministra Delgado, el PP monta en santa cólera exigiendo dimisiones y jueces; cuando es Cospedal la pillada in fraganti en su sede conspirando y hablando de negocios con el mismo personaje, se cambian las tornas y ahora es el PSOE el que se rasga las vestiduras de la honradez frente al corrupto PP. Todo un sainete que pone en evidencia el nivel rastrero al que ha llegado la política en España. Una conclusión sobre Villarejos y los protagonistas de sus aventuras y saqueos: PP y PSOE, ambos en la misma línea, potencian las cloacas del Estado para defender sus intereses de partido. Villarejos se aprovecha de la situación poniendo de relieve lo que queda aún por limpiar en los aparatos del Estado. Pero lo que queda más en evidencia es que un policía se ha burlado de los dirigentes de ambos partidos en beneficio propio mientras estos ni se enteraban, demostrando que además de caer en ilegalidades eran unos inútiles cretinos.
Y por si no tuviéramos bastante con este mal folletín político, lo podemos completar con Franco, el Valle de los Caídos, La Almudena, el Vaticano. Con Puigdemont y Torra y las historietas de los secesionistas catalanes que no hay ningún Halloween que supere en fealdad y esperpento. Con estos asuntos ya tenemos al Congreso, los medios de comunicación, las calles y los centros de trabajo y estudio ocupados. ¿ Qué más podemos desear? 
Y en todo esto, la izquierda que no tiene el sello del PSOE está inmersa en este barrizal político y ausente de los grandes y básicos asuntos sobre los cuales siempre se habían situado y hecho propuestas de fondo y habían organizado la movilización las organizaciones de izquierda,  partidos y sindicatos. En su lugar, la retórica genérica ocupa el espacio de las ideas y la acción de la transformación social. En el artículo de  mañana ampliaré  algo más lo que hoy apunto sobre la izquierda.          

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