viernes, 22 de febrero de 2019

CASADO, EL BRUTAL PEÓN ARMADO DE TRUMP EN ESPAÑA CONTRA VENEZUELA. 


Este siniestro personajillo no tiene bastante con haber declarado reiteradamente que se debe intervenir en Venezuela para impulsar el golpe Trump-Guaidó, y al que no le basta la posición de defensa del golpismo de Pedro Sánchez y su gobierno moribundo, sino que descarta cualquier alternativa de diálogo y negociación para un acuerdo que impida un grave enfrentamiento violento en aquel país. Y después de mandar una delegación del PP europeo a Venezuela para contribuir a desarrollar más rápidamente las ordenes golpistas de Trump, delegación a la que se le negó la entrada en el país, ahora exige a Borrell que rectifique su posición de apoyo, según él, a Maduro y pide un debate en el Congreso para acusar al gobierno de chavista. Casado, lo afirmé en el momento de ser elegido y escuchar sus primeras palabras, es la quinta esencia de los peores y más reaccionarios instintos, ideas y métodos que se cobijan en las grutas residuales del PP de Aznar, a medio camino entre un espíritu franquista tardío y la chulería bélica del Bush de Iraq y sus mentiras, todavía presentes en sectores del PP. Es un tipo al que la política, cuando esta recupere plenamente su razón de ser, debería echar sin ningún miramiento de la escena pública para que nunca tuviera la posibilidad de gobernar, ni solo ni acompañado de energúmenos de su estilo. El trío de la benzina, PP, Cs, Vox, acompañado en sus correrías por España por el otro trío de la estelada, el lacito  y el petardo y corte de carreteras, son un potencial peligroso e indeseable en cualquier país y más en una España en la que se han puesto al frente de todos los que nunca hicieron nada para sacarla del hoyo al que la había echado el franquismo. 
Hoy, mientras el juicio y la huelga ocupaban el espacio, y Richard Branson, dueño de Virgin, impulsaba un espectáculo en Venezuela para apoyar el golpismo, en el que participan, entre otros, Juan Luís Guerra, Alejandro Sanz, Maluma, Juanes, Bosé, Baute...etc..., un grupo de jóvenes interpelaba a Errejón, al que acusaban, entre otras cosas, de ser corresponsable con Podemos y lo que representan, no solo de no haber hecho nada en defensa del trabajo y los derechos laborales y sociales de los trabajadores, sino incluso de ser los responsables de la subida de la extrema derecha. Sin ánimo de echar más leña al fuego, hay que tener en cuenta que opiniones y estados de ánimo como estos reflejan una realidad. Y la izquierda oficial que aún aspire o pretenda serlo, tanto en su versión más reformista o más alternativa, tiene la importante tarea de recomponer un amplio espacio que ahogue todos los intentos de Casado y la derecha y extrema derecha a su alrededor de ser mayoría e imponer sus políticas más conservadoras y reaccionarias en todos los aspectos de la vida económica, social y política.        

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