miércoles, 27 de febrero de 2019

 CONTINÚA EL ESPERPENTO.

Cuando Pedro Sánchez, polemizando con PP y Cs, afirma que el Congreso actual no representa la España real y que todo cambiará después del 28 de abril, uno no puede evitar pensar que si pasa igual que en Andalucía, donde parece ser que el parlamento andaluz tampoco representaba a la ciudadanía, vamos listos y podemos prepararnos para un gobierno al estilo andaluz. Si a ello añadimos que Sánchez dice con solemnidad desde la tribuna parlamentaria que "Con la ultraderecha no se puede ir ni a la vuelta de la esquina" me vienen ganas de decirle, faltaría más. Lo que pasa es que, por una serie de circunstancias que no vienen al caso desarrollar aquí, VOX puede estar en el Congreso y entonces se los encontrará en cada esquina.
Y siguen pasando cosas curiosas, o no tanto,  en otra instituciones, ya que Pablo Casado y la ex-ministra Montón no tendrán que dar explicaciones en la Asamblea de Madrid sobre la falsedad o no de sus máster, pero Cristina Cifuentes, a la que piden 3 años de cárcel por la falsificación, sí tendrá que acudir, gracias a la votación afirmativa del PSOE y a la abstención del PP, el principal enemigo de Cifuentes, a la que se cargó sin misericordia. Queda claro que PP y PSOE tienen, a pesar de los rifi rafes permanentes, algunos intereses compartidos. Y ya no digo, si la "coincidencia" entre ambos partidos, además de excusar a Casado, liquida la acusación que se hacía sobre Pedro Sánchez y su máster. 
Y mientras, en el juicio sobre el "Procés", se siguen dando las situaciones en las que uno llega a la conclusión más lógica escuchando las declaraciones de unos/as y otros/as: en Catalunya no pasó nada y las personas que están juzgando son víctimas inocentes que pasaban por allí cuando el perverso Estado buscaba reos para lavar sus miserias. Ni una sola actitud en el juicio de coraje político, de asunción política y ética de lo que se hizo sistemáticamente en Catalunya con chulería y alevosía, pasándose Constitución, Estatut y funcionamiento democrático por el forro, y despreciando la opinión de los catalanes que no estaban de acuerdo con sus aventuras golpistas, creyendo que su pensamiento estaba ya amortizado, hasta que centenares de miles de estos, hartos de la situación, salieron a la calle los días 8 y 29 de octubre para gritarles a la cara que la calle no era suya.
Y como colofón de estas cuatro notas leo que en IU, practicamente ausente de todo durante estos años, se está produciendo una revolución política y teórica como consecuencia, supongo, de los acontecimientos que han tenido lugar en la famosa coalición Juntos Podemos, resquebrajada y de capa caída, antes y después de la espantada de Errejón y Carmena. Parece que van a llegar a un acuerdo con Podemos para continuar coaligados, eso sí con un gran cambio estratégico, propuesto por IU, que barrerá todos los datos negativos y lanzará a la coalición al asalto final del cielo. El importante cambio es que ahora esta coalición ya no se llamará Unidos Podemos, sino Unidas Podemos. ¿Lo perciben?   
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario