Ha pasado más de un año del golpe institucional contra la Constitución, el Estatut de Catalunya, las normas elementales del funcionamiento democrático del Parlament y contra la convivencia respetuosa y civilizada en la sociedad, independientemente de la diversidad política e ideológica que hay en ella. De nada sirvieron las palabras de protesta o pidiendo cordura; ni las de los letrados del Parlament, ni las de los jueces, fiscales, políticos o ciudadanos. Los golpistas tenían el guión escrito y confiaban en que el gobierno del PP poca cosa haría en sentido político, como poco había hecho hasta el momento, para enmendar la plana a los secesionistas y reconducir la situación a la política, a la legalidad democrática y al respeto a las leyes que están para respetarse y, en todo caso, para cambiarse, cuando las condiciones lo exijan y hay mayoría política o acuerdo para hacerlo. Hoy hace también un año del golpe callejero contra las instituciones y el más elemental funcionamiento del Estado, un golpe que dicen no fue violento, aunque visto de lejos me pareció muy agresivo y con peligrosas aristas que podían haber desembocado en cualquier momento en violencia incontrolable.
Y como no quiero perder mucho tiempo en divagaciones sobre un asunto que cada vez produce más urticaria política, emocional y moral, paso a decir cuatro cosas elementales que no son importantes ni creo que interesen colectivamente a mucha gente. En Catalunya, un día, ya lejano, hubo símbolos comunes y palabras compartidas: la bandera cuatribarrada y "Els Segadors". Una bandera y un himno que habíamos salido a defender durante la dictadura franquista unos pocos, fundamentalmente los rojos recalcitrantes de los clandestinos PSUC y CCOO y alguna otra organización comunista y de izquierdas. Jugándonos el tipo en la calle o en asambleas contra las fuerzas represivas del franquismo y, si me apuran, hasta contra viento y marea de los que entonces eran franquistas declarados, o sociales y pasivos, por aquello de que con Franco había paz, pan y trabajo, a los que no gustábamos tampoco nada. Y encuentro a unos cuantos que ahora en sus madureces o vejeces han dado la vuelta completa a la manzana y se han hecho recalcitrantes independentistas. Ver para creer. Pensarán, a la vejez viruelas, o cuanto más viejo más pendejo. Relajo.
En mi caso es al revés, ni veo a la cuatribarrada como algo propio, después de haber sido prostituida y envilecida por la estelada, ni he cantado nunca más desde hace años Els Segadors. Me son cosas ajenas y extrañas. Yo no he sido nunca muy dado a la exhibición de banderas, pegatinas y símbolos, aunque no haya tenido nada en su contra, salvo con los símbolos fascistas y nazis. Ahora sólo tengo una bandera, la roja sin anagramas ni símbolos, y la Internacional porque, a mi entender, continúan siendo las del intento de construir la fraternidad, la solidaridad y la paz entre los pueblos y las personas. Respeto y guardo también la imagen de la tricolor republicana por una sencilla razón: era la de la IIª República Española y fue derrotada y eliminada por el fascismo español e internacional.
Por eso cuando escucho a la CUP decir que "enciende la llama de la revuelta" suelto una carcajada y digo, ¿cómo es posible que enciendan alguna llama de revuelta seria y revolucionaria, los que sólo saben bailar el agua a los nazionalistas identitarios de Catalunya y a la ultra derecha de Europa?
En mi caso es al revés, ni veo a la cuatribarrada como algo propio, después de haber sido prostituida y envilecida por la estelada, ni he cantado nunca más desde hace años Els Segadors. Me son cosas ajenas y extrañas. Yo no he sido nunca muy dado a la exhibición de banderas, pegatinas y símbolos, aunque no haya tenido nada en su contra, salvo con los símbolos fascistas y nazis. Ahora sólo tengo una bandera, la roja sin anagramas ni símbolos, y la Internacional porque, a mi entender, continúan siendo las del intento de construir la fraternidad, la solidaridad y la paz entre los pueblos y las personas. Respeto y guardo también la imagen de la tricolor republicana por una sencilla razón: era la de la IIª República Española y fue derrotada y eliminada por el fascismo español e internacional.
Por eso cuando escucho a la CUP decir que "enciende la llama de la revuelta" suelto una carcajada y digo, ¿cómo es posible que enciendan alguna llama de revuelta seria y revolucionaria, los que sólo saben bailar el agua a los nazionalistas identitarios de Catalunya y a la ultra derecha de Europa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario