LOS SOCIOS DE PUIGDEMONT EN EUROPA: UNIDAS PODEMOS.

Los eurodiputados Ma. Eugenia Rodríguez Palop, Miguel Urbán, Sira Rego, Idoia Villanueva, Ernest Urtasún y Manu Pineda, los 6 que quedaron de los 11 anteriores que tenían, IU (6) y Podemos (5), solicitan a Tajani que el valiente prófugo Puigdemont pueda entrar en el Parlamento Europeo con todos los derechos de un parlamentario normal, tal como han solicitado los independentistas en un escrito dirigido al Presidente del Parlamento. Igual que hacen aquí en España los palanganeros de Unidos Podemos, "Unidas" en lenguaje posmoderno cutre, perdón progre, en Europa parecen no tener otra cosa mejor que hacer que bailarles el agua a las derechas catalanas, vascas, flamencas, italianas y a las que se tercien. Igual que hace Die Linke, lo que parecía la izquierda en Alemania, que invita a Puigdemont a participar en un mítin en Berlín con ellos, y que hacen también el resto de partidos que forman parte del Grupo de la Izquierda Unitaria Europea, en una vertiginosa carrera hacia su desaparición. Han pasado de 52 diputados en la pasada legislatura a 38. Son los residuos de lo que no hace muchos años parecía ser una izquierda con vocación hegemónica en Europa por sus ideas éticas insobornables, su talante y propuestas políticas de cambio social y sus acciones para la construcción de una alternativa democrática, de paz y enfocada al socialismo en cada país y en el conjunto de Europa. Ahí va el penoso resultado: navegar en su insignificancia política y electoral mientras la derecha y la ultra derecha crecen.

Estos 6 eurodiputados forman parte de un grupo de unos 78 de los 751 del Parlamento Europeo que hablan de la "violación de los derechos políticos", refiriéndose a los secesionistas juzgados en el Tribunal Supremo. Lástima que no vieran ninguna violación de los derechos políticos cuando en el Parlament de Catalunya la exigua minoría parlamentaria facciosa liquidó de un plumazo Constitución Española, Estatut de Catalunya, y las más elementales normas de funcionamiento democrático, condenando al silencio a los que no estaban de acuerdo y aprobando una especie de "normas constitucionales" para la "republiqueta feudal de Catalunya" que se cepillaba la división de poderes legislativos, ejecutivos y jurídicos y decidían que ellos, la exigua minoría autoproclamada mayoría por la gracia del abad de Montserrat y sus sacristanes Pujol, Mas, Puigdemont o Torra, decidía dictatorialmente sobre todas las cosas sin necesidad de normas democráticas ni nada que se le pareciera. 

Para terminar, saben ustedes qué es lo que me duele más de toda esta situación que ha generado un enfrentamiento y una división en Catalunya, que además de la gravedad política y humana que de ello resulta para las relaciones sociales, que nada tiene que ver con una justa lucha por intereses de clase diversos y contradictorios, y es que los palanganeros auxiliares no solo apoyen las fechorías de delincuentes, sino que apoyen a personas cuya principal virtud, además de ser vividores a ultranza, sea la de ser cretinos integrales que se inventan historietas y fábulas que de tan groseras, malas e infantiles, la gente al escucharlas debería lanzar la más ruidosa carcajada.